Determinar el sexo de una tortuga puede ser complicado, sobre todo si no la adquiriste de un criador que incubara los huevos en un ambiente controlado. El sexo de las tortugas depende de la temperatura durante la incubación de los huevos: temperaturas más frías producen machos, mientras que las hembras se desarrollan en temperaturas más cálidas.
Por suerte, hay algunas especies de tortugas que nos lo ponen más fácil para diferenciarlas sin tener que conocer la temperatura en la que incubaron. Un buen ejemplo son las tortugas de orejas rojas, que presentan dimorfismo sexual, es decir, existen diferencias visibles entre machos y hembras en tamaño y apariencia.
Tamaño y Forma del Caparazón para Determinar el Sexo
Las diferencias de tamaño entre machos y hembras no son tan evidentes hasta que las tortugas alcanzan la madurez sexual, y la alimentación también puede influir en el tamaño. En las tortugas de orejas rojas, los machos llegan a la madurez sexual cuando miden unos 10 cm de largo, lo que suele ocurrir entre los 2 y 5 años. En cambio, las hembras alcanzan la madurez cuando miden entre 15 y 18 cm, lo cual puede tomar de 5 a 7 años. En muchas especies, las hembras tienden a ser más grandes que los machos, aunque esta diferencia varía según la especie.
Por ejemplo, en las tortugas sulcatas, las hembras pueden llegar a pesar 45 kg, mientras que los machos superan los 90 kg. En las tortugas marinas, machos y hembras suelen tener tamaños similares. Si quieres usar el tamaño del caparazón como indicador fiable del sexo de tu tortuga, debes asegurarte de que ya ha alcanzado su tamaño adulto.
El plastrón, que es la parte inferior del caparazón, también es útil para determinar el sexo. Los machos tienen un plastrón cóncavo (curvado hacia adentro), lo que les facilita montar a la hembra durante el apareamiento, mientras que el de las hembras es plano, lo que les permite tener más espacio para los huevos.
Longitud de las Garras
Otra forma de saber si una tortuga es macho o hembra es observando las garras. Las hembras suelen tener garras cortas y gruesas en sus patas delanteras. En cambio, los machos, especialmente en las tortugas de orejas rojas y otras especies acuáticas, presentan garras mucho más largas. Estas garras les sirven para atraer a las hembras durante el cortejo, y también las usan para agarrar el caparazón de las hembras durante el apareamiento.
Longitud de la Cola
La manera más común de identificar el sexo de una tortuga es fijarse en la longitud de su cola. Las hembras tienen colas más cortas y delgadas, mientras que los machos poseen colas largas y gruesas, con su cloaca (vent) más cerca de la punta de la cola que en las hembras. Si tienes varias tortugas de ambos sexos, será más fácil hacer la comparación de las colas y determinar su sexo.
Color y Marcaciones
En el caso de las tortugas de orejas rojas, todas tienen cuerpos mayoritariamente verdes con franjas amarillas brillantes, por lo que estos colores no te ayudarán mucho a distinguir entre machos y hembras. Sin embargo, hay otras pistas visuales. El plastrón es amarillo con marcas oscuras y desiguales, mientras que la cabeza, patas y cola son verdes con gruesas franjas amarillas. A medida que envejecen, muchos machos de orejas rojas se oscurecen hasta volverse casi negros, lo que puede tapar sus marcas amarillas. Este oscurecimiento es más común en los machos que en las hembras.
Otra especie que presenta dimorfismo sexual es la tortuga de caja ornamentada. Los machos adultos de esta especie tienen ojos rojos, mientras que las hembras los tienen marrones o amarillos. Además, los machos tienen cabezas de un tono verdoso con escamas rojas o naranjas en las patas, mientras que las hembras tienen cabezas marrones con escamas amarillas en las patas.
En Resumen
Aunque puede ser difícil al principio, hay varias formas de determinar si una tortuga es macho o hembra observando su tamaño, forma del caparazón, longitud de las garras, la cola y su coloración. Con un poco de práctica y observación, podrás identificar fácilmente el sexo de tu tortuga sin necesidad de recurrir a un criador.